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Queratopatía bullosa

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    ENFERMEDADES DE LA CÓRNEA

    La queratopatía bullosa o edema corneal consiste en la alteración corneal producida por la acumulación de liquido (que está en el interior del ojo) en la córnea debido a una alteración en el endotelio (la capa celular corneal interna). Debido a la acumulación de este fluido se forman unas micro-vesículas o bullas, de ahí su nombre. El acumulo de líquido hace que la córnea pierda trasparencia y en consecuencia se enturbie la visión.

    Inicialmente la visión borrosa es más acusada al despertar para prolongarse durante todo el día en fases más avanzadas. Cuando empiezan a aparecer las vesículas o bullas corneales, puede añadirse a la visión borrosa dolor agudo intenso. Si el paciente no es tratado este momento se puede prolongar en el tiempo, con dolor crónico, hasta que finalmente se produce una cicatrización y paulatinamente van desapareciendo los síntomas, aunque el paciente ve muy afectada su visión al perder la córnea la trasparencia.

    Las causas más frecuentes son las distrofias congénitas del endotelio, como la distrofia de Fuchs, y los traumatismos quirúrgicos producidos durante una cirugía de cataratas.

    El tratamiento es el trasplante de córnea, generalmente en la modalidad de trasplante endotelial, conocido por sus acrónimos en inglés DSAEK o DMEK.

    En la cirugía, se extrae el endotelio dañado y se reemplaza por un endotelio sano procedente de un donante. En el postoperatorio el paciente debe guardar reposo durante unos cuantos días para facilitar que la burbuja que sujeta el trasplante ayude a su fijación en la cara posterior de la córnea y no se produzca su despegamiento.

    En un gran porcentaje de paciente los resultados postoperatorios son muy buenos mejorando la visión previa al trasplante.

    Algunos casos requieren de trasplantes completos, de todas las capas de la cornea cuando la queratopatía bullosa lleve ya muchos años y exista una cicatrización de mayor grado. Este tipo de cirugía conlleva un postoperatorio más largo.

    Cuando no se considere el trasplante para aliviar la sintomatología se puede recurrir al uso de lentes de contacto terapeúticas.